febrero 24, 2005

Big Brother

- ¡Aló!
- ¿Aló? ¿M.?
- ¿Si? ¿Quién es?
- ¿Qué? ¿Ya no te acuerdas de mí?
- ¡Ah! ¡Hola! ¿Cómo estás? ¿A qué debo este milagro?
- Ahí pues, llamando para saber como te ha ido.
- Bien, loquichi, aún ahí, pero eso ya lo sabes. Pero bien, en líneas
generales. ¿Y tú?
- Bien también, conseguí nueva chamba.
- Ah, que bueno loquita.
- Oye, M...
- ¿Qué pasa?
- ¿Estás ocupado?
- ¿Horita? No, ¿por?
- Bueno, llamé a la china y no estaba...
- Ya
- Y, bueno, quería hablar con alguien.
- Dígame señorita, soy todo oídos.
- Es sobre Carlos.
- ¿Carlos? Ah, ¿tu asunto?
- [risita] sí, mi asunto.
- ¿Y qué pasa con el niño?
- Que es un imbecil.
- ¿Ah?
- Me he peleado con él.
- ¿Sí? ¿Y ahora por qué?
- Quiere ir a la playa mañana, pero tengo que trabajar. Acabo de empezar y no voy a pedir permiso ¿no?
- Claro.
- Es un imbecil.
- Ya.
- ¿Ya? ¿Nada más?
- Creo que ya establecimos que es un imbecil, ¿quieres que agregue algo?
- [risita] no, no. Más bien, sí.
- ¿Y qué quieres que te diga?
- No sé. [suspiro] ¿Por qué son así todos los hombres?
- Ah, no sé hija. Pero no todos somos así.
- Sí, ya sé. Pero me saca de quicio a cada rato. Parece que no quisiera que trabaje o estudie.
- Ya.
- Ah, ¿Debería dejarlo?
- ¿Tú que crees?
- Ay, no sé. Dime pues.
- ¿Dime pues?
- Si dime, tú siempre me has dado buenos consejos.
- ¡Fuiiiira de acá!
- ¡No, en serio! Además, tu le dijiste a la china que hacer con lo de su hermana y el ex de ella.
- ¿Te contó la china?
- Sí. Y la hermana lo dejó. También que el pata le sacaba la vuelta.
- Ya.
- Dime, pues.
- ¿Carlos te saca la vuelta?
- No.
- ¿Entonces?
- No sé si me quiere de verdad o solo como adornito.
- Ya.
- ¡May! ¡Deja de decir "Ya"!
- Ya
- [risita]
- Escúchate loca, me dices que no sabes si te quiere de verdad o solo como adornito, ya tienes esa idea en la cabeza y le das vueltas y vueltas, ¿por qué crees?
- ...
- Creo que ya tienes tu respuesta loquita.
- Ummm. Pero es que... Carlos es tan... simpático.
- Bueno, entonces aguántate, ¿no?
- Ya, no te enojes.
- No seas monga hija. ¿Qué cosa quieres? ¿Que te traten como te trata o que te respeten? ¿Para que michi estudias o chambeas si vas a depender de un imbecil como el niño este?
- Pucha, no seas así.
- Mira loca, tu sabes que te... estimo mucho, hazte respetar pues.
- ... Entonces... lo dejo.
- ...
- Pucha, sí, tienes razón. Pucha, M. Gracias.
- ¿de qué hija? Era obvio que te ibas a dar cuenta tarde o temprano.
- Sí, pero, bueno, tu siempre has sido un pataza
- Sí, ya sé.
- [risa] Siempre serás mi hermano mayor.
- Sí, ya sé.
- Es bacán poder hablar con un pata, así, sin paltas, sin que te quiera hacer la conversa o el "arrimón" o atrasar al firme [risa]
- [risa]
- Oye, y ¿cuando nos reunimos con la gentita?
[...]

Dialogo por teléfono. No es fiel ni mucho menos.

Nombre : M.
Oficio : Hermano Mayor.
Opinión al respecto : Ya estoy cansado.

febrero 18, 2005

Suele pasar.

Reponiéndome de la pérdida de una computadora de mi casa (falló la fuente y envió el doble de voltaje a TODAS las tarjetas y al disco duro) y después de haber perdido TODA la información que en ella guardaba (por suerte, la información importante está a salvo, pero perdí mp3s y videos y un montón de cochinadas que cualquier internauta colecciona a lo largo de sus viajes por la red), entré en mi oficina y prendí la computadora.

Mientras contestaba el teléfono que en ese momento sonó, algo me extrañó, algo no estaba bien, pero no le hice caso, porque estaba ocupado conversando por teléfono con un proveedor. Cuando me volteo a la computadora la pantalla estaba negra y lo que me había extrañado era no haber escuchado el suave ronroneo de la fuente y del disco duro cuando levantan durante el encendido. Se me erizaron los pelitos de la espalda y un sudor frío empezó a descender por ella.

Mi primera reacción fue mirar el estabilizador de voltaje, pero allí estaba el muy maldito, con su lucecita roja y la aguja marcando 220 V. Sentía como cada hueso del cuello se solidificaba en una sola masa por el stress que se aproximaba. Con los dientes rechinando me dije: “¡la fuente!” y busqué un destornillador. Encuentren un destornillador en una oficina, a ver, los reto a que lo hagan en menos de 10 minutos. Después de encontrarlo y apagar el estabilizador (ya era un día de miércoles y no quería electrocutarme) abrí el case y me mandé de frente a revisar la fuente. Nada. Entera. Aproveche y use el voltímetro que mi padre había dejado por aquí y revise la fuente. Todo andaba bien, la corriente pasaba, el embobinado estaba completo, en otras palabras, la fuente estaba perfecta, salvo, eso sí, un poco sucia. La limpié y la conecté de nuevo. De paso, revise cada placa y normal, no había problemas. A estas alturas, ya tenía la camiseta húmeda y la frente perlada de sudor.

Me senté y observe a la computadora con el codo en la rodilla y la barbilla apoyada en la mano, pensando en qué mierd@ le pasaba, cuando entró mi hermano y me dijo “¡Habla Mr. Increíble!”. Me hizo reír un rato, pero luego volvió mi preocupación. “¿Qué?, ¿No prende?” me preguntó mi hermano. La respuesta obvia fue: no. No dijo nada más y se quito. Pero antes de irse me dijo sonriente “¿Ya revisaste el cable?”

Me le quede mirando mientras se iba y me levante de un salto y revise el cable. Estaba desenchufado del estabilizador. La señora que limpia lo había desenchufado para enchufar la aspiradora y luego se olvido de conectarlo de nuevo. De esto me enteré luego, por supuesto.

Suele pasar.

febrero 14, 2005

Al Caballero y La Dama y su Guardián.

Estos dos últimos días han sido extraños y a la vez alentadores. Pero hoy día Lunes, en que me sentía especialmente "bajeton", han sucedido cosas que dan qué pensar.

Mi cuarto es un desorden ordenado, como la mayoría piensa de su cuarto. Las cosas están donde las dejamos y allí siempre las encontraremos, sea este o no su lugar adecuado. Mis libros están donde los deje la ultima vez y mis CDS y revistas estarán revoloteando por allí hasta que tenga necesidad de ellos. Por supuesto, esto es hasta que vienen a limpiar y ordenar.

Bueno, buscando un libro prestado (si Gastón, ese) encontré un libro de poemas muy querido por mí. El libro de poemas de mi abuelo materno, ya fallecido. Hacia tiempo que no lo leía y al abrirlo lo hice por el poema dedicado a mi abuela, donde mi abuelo expresa todo. Fue una delicia y un sentimiento que no puedo explicar leerlo de nuevo. Mi abuelo era un caballero, sí, y no me refiero al hombre educado y gallardo que todavía existe, sino al verdadero caballero, al tipo quijotesco que no se ve más, al de aquella época que ya pasó.

Más tarde encontré, al buscar mi billetera en el cajón de mi escritorio, una vieja carta, amarillenta. Una carta escrita por una Dama, con todas sus letras bien puestas. Mi tía materna me la escribió, cuando cumplí 16 años, una carta dedicada "al caballero que ella conocía tan bien" y en la cual me deseaba lo mejor y que me convirtiera en un gran hombre, pero que cualquiera fuera mi edad, yo siempre sería Martincito. Y es la única persona a la cual le permití llamarme así, incluso hasta el final, cuando el cáncer nos la arrebató a todos. Tenía un nudo en la garganta que no se me quito hasta el almuerzo.

Después de almorzar y con mi abuelo y mi tía en la cabeza, fui al cuarto donde guardamos las cosas, un desván si quieren llamarlo así, buscando una lata de clavos, cuando al mover unas cajas me encontré un carro de madera, con sus ruedas y pintado como carro policía. Fue un regalo de mi tío, el esposo de la Dama. Hecho a mano, porque mi tío amaba la carpintería, era su hobbie, su vicio, no el único, porque mi tío no era virtuoso, ni mucho menos. Pero lo que sí era, era un hombre que amaba a mi tía con toda su alma. Él era su guardián. Y todos supimos como le dolió quedarse sin ella. Tanto que no pudo soportarlo...

Mi madre regresó de visitar a mi abuela y trajo un video que mi prima (hija de la Dama y su guardián) había hecho con películas familiares. No tenía nada mejor que hacer y me puse a verlo. Eran videos antiguos, de fiestas y reuniones. Fue divertido vernos a todos juntos, a toda la familia reunida, disfrutando de diferentes reuniones y ocasiones: el cumpleaños del abuelo, la abuela, navidades, bautizos, primeras comuniones, etc. Hasta que vi la una escena en particular, el término, el punto final se podría decir, de un día raro.

Fue en mi casa, en una parrillada con toda la familia y mi prima filmándolo todo, la cámara siempre ha sido su pasión. Y salíamos todos.

En un sofá en el patio mi abuelo comía con gusto la comida preparada por sus hijas y a su lado, cuidándolo, mi tía lo veía, limpiándole la boca con una premura y una bondad que solo se ve cuando el tiempo ha pasado, pero no en el instante. Y al lado de ella, alegre y medio zampado, mi tío, medio adormilado, medio feliz, riendo con su risa, esa risa fuerte, sin tapujos que tenía. Y así, los tres se voltean y saludan a la cámara y sonríen. Dios. Por un segundo, así, pensé, me sonríen. ¿Qué más podía pensar?

Son tres personas que no están más conmigo, pero son tres personas que me han hecho, junto con mi familia inmediata, me han hecho lo que soy. Tres personas que quise y quiero, tres personas que han venido a decirme, a recordarme lo que soy.

Abuelo Alberto, Tía Carmen y Tío Henry, muchas gracias. Intentaré no fallarles otra vez.

Si no te tengo a ti

Yo no tengo nada que me haga sonreír
nadie que me abrace fuerte
y me haga feliz
no tengo nada que hacer
no tengo porque vivir
no tengo nada de nada
si no te tengo a ti
solo quiero que estés cerca de mí


Yo no tengo a nadie
sobre quien escribir
nadie que se enfade y nadie con quien discutir
no tengo a nadie con quien intentar sobrevivir
no tengo con quien bailar descalzos por Madrid

Si yo no te tengo a ti
si no estas cerca de mí
si no me besas y abrazas
que será de mí sin ti
Si yo no te tengo a ti
para qué quiero vivir
si yo no te tengo a ti

Si yo no te tengo a ti
para qué seguir
para qué escribir canciones
a quien quiero mentir
para que un par de palabras
te quiero y no lloraré
para que todas esas lágrimas
que caen sobre un papel

Si yo no te tengo a ti
si no estas cerca de mí
si no me besas ni abrazas
que será de mí sin ti
si yo no te tengo a ti
para qué quiero vivir
si yo no te tengo a ti
si yo no te tengo a ti (x5)
para qué quiero vivir
si yo no te tengo a ti
si yo no te tengo a ti
si yo no te tengo a ti
si yo no te tengo a ti (x4)
si yo no te...


Hombres G

febrero 13, 2005

Mis amigos

Solo un minuto tal vez en segundos
Todo puede cambiar y todo tu mundo
Encerrado en un puño se te puede escapar
Y ese adiós que tantas veces utilizaste
para besarme en tu portal
Ahora me hace llorar
Y te fuiste no sé porque razón
Solo sé que destruiste mi corazón
Y ya no existe para mi nadie más
Y la herida que me hiciste ha dejado de sangrar
Solo en mis amigos puedo confiar

Porque si mi amor se fue
Mis amigos están aquí
Y si tengo que beber
Mis amigos están aquí
Y si no me encuentro bien
Mis amigos están aquí
Y si no me siento bien y el sentido voy a perder
Mis amigos sabrán que hacer

Siempre es lo mismo es como un espejismo
Siempre la herida en el mismo sitio
Es que no lo ves es una mujer
Y tus amigos que siguen unidos
Solo esperando estrecharte en sus brazos
Y ayudarte otra vez
Y ya no quedan lágrimas ni dolor
Solo un vaso de cerveza y una canción
Y cualquier fiesta encontraras un amor, o dos o tres
Los que tu quieras los que te pida el corazón
Abrázate a tus amigos has como yo

Porque si tu amor se fue
Tus amigos están ahí
Si tienes que beber
Tus amigos están ahí
Si no te encuentras bien
Tus amigos están ahí
Si tu sientes que el sentido vas a perder
Tus amigos sabrán que hacer

Hombres G

Gracias amigos: Gastón, Mari, Omar, Milagros y Paolo, que me han dado confianza para seguir...

febrero 08, 2005

Ratificando un punto de discusión...

¿Necesito decir más?



Cómic posteado sin autorizacion de Andrés.

febrero 05, 2005

Dos maneras

Manera 01
Antigua Taberna Bar Queirolo

1. Tres onzas de pisco
2. Una medida de jarabe de goma
3. Una medida de jugo de limón
4. Media clara de huevo
5. En una coctelera batir con 04 cubitos de hielo durante un minuto
6. Servir con una gota de amargo de angostura.

Manera 02
Grupo de Jóvenes arrebatados

1. Media botella de pisco en una licuadora
2. ¿Jarabe de goma? Tal vez, si hubieramos encontrado.
3. 1/2 Kilo de jugo de limón exprimido a la mala con todo y pepitas
4. 3 claras de huevo y una yemita que se escapó y luego sacamos
5. Hielo partido en una toalla y contra el piso (No preguntar, no se darán mayores explicaciones)
6. Encender la licuadora.
7. Servir en ¡taza! porque no había copas.

En ambos casos, disfrutar y acompañar con una amena charla entre patas.

¡Feliz día del Pisco Sour!

febrero 03, 2005

Me han estafado

No pues. Me siento estafado. Me he tomado unas chelitas y no han aparecido las despampantes nenas que el comercial promete. ¿Dónde están las piratas? ¿Dónde está el barquito? ¿Y la calavera? No pues, como juegan con los sentimientos del consumidor. Probaré con la otra marca...

Nada. No baby que diga "somos... (inserte nombre de la susodicha cerveza) " (Jorobense, no les voy a hacer cherri gratis, pero todos saben de qué estoy hablando). Otra vez me estafan. No pues, no es justo. Uno esperanzado que aparezca la flaca del comercial pero nada.

¡Pero de repente soy yo! ¡Que tonto! no me he dado cuenta que esto solo funciona si estoy en la playa, y tiene que hacer sol, sino no funciona tampoco. Y tal vez deba bajar unos kilitos, pues es obvio que solo a la gente fashion le liga, con sus esculturales cuerpos, bronceados al sol. Y tal vez me falte lo más importante: Ser un pendejo, porque todos los patas en esos comerciales son unos grandisimos pendejos, que todo les liga, se levantan a las flacas que quieren y parece que ya vienen forrados porque billete no les falta.

Ya pues señores publicistas, dejen de jorobar con lo mismo, año tras año. Es innegable que mujer escasa de ropas = amplio margen de ventas de cerveza, así funciona el cerebro masculino, al cual le puedes vender hasta seguros contra ataques de koala si le pones una calata delante; pero por favor, ya basta, ya cansan, ya joden. ¿O es que acaso el cerebro no les da para más?

Ángeles

Es un bosque hermoso, inmenso, se puede sentir el olor característico de los árboles, las plantas, el musgo húmedo. Y cosa rara, siento, mas que escucharlo, el sonido que hace el pasto, la grama, cuando lo pisas al caminar. Es raro. Antes solo caminaba y nada, pero ahora lo siento.

Siempre es hacia delante, siempre avanzo, y aunque puedo darme vuelta y ver detrás de mí, solo veo el camino que se pierde entre los árboles, y lejos, siempre veo algo, pero no puedo reconocer qué es. Me intriga, pero como otras veces antes, no le doy importancia. Simplemente avanzo, ya sé a donde debo ir. No corro y tampoco me pongo remolón. Siempre llego. Siempre.

Avanzo y siento el sol en la cara. Me quema, es una agradable sensación, el sol de primavera. No quema como en verano y aunque corre un fresco viento, sé que no es otoño y que el invierno aún esta lejos. Esta vez me asombra que pueda pensar, que pueda razonar a este nivel, dejándome llevar, dejando divagar la mente en estos pensamientos. Me desconcierta de cierta manera.

El pasto deja espacio a las piedras pequeñas. Guijarros. Es un placer sentir ese ruidito característico de un camino de guijarros. Pero ya estoy cerca y una vez más tengo miedo de que esta vez no pueda hacerlo, de que esta vez fallaré. Odio esa sensación.

Me detengo y los veo llegar, saliendo del bosque, como siempre, tan risueños, tan felices. Pienso que hacia tiempo que no los veía y, cosa rara, ya me hacia falta verlos, aunque no sé quienes son. Son mellizos, eso se nota a leguas, rubios, pequeños, tal vez 6, máximo 7 años. Un niño y una niña. Camino hacia ellos, atento y aterrorizado como la primera vez. Quiero correr hacia ellos pero sé que no puedo.

Y aparece, como siempre. Es grande, de pelaje blanco. Es majestuoso en verdad, ahora que lo pienso mientras escribo. Parece un perro inmenso, casi podría decir que es un lobo, pero no. Y una vez más veo sus ojos y, tan rápido como el destello de una idea, sé lo que esta pensando. Corro para interponerme entre él y los niños, porque ya él ha empezado a correr. Tengo miedo pero no me detengo. El pecho debería quemarme por el esfuerzo, mis piernas me deberían flaquear, mis brazos deberían doblarse, pero estas son ideas posteriores al hecho, ahora que estoy aquí sentado escribiendo.

Lo alcanzo. Empieza otra vez. Peleamos. Quiere atacar a los niños y yo no lo dejo. Nunca lo he dejado. Nunca lo dejaré. Pero me muerde. Los brazos, el pecho, nunca la cara. Duele, maldición. Duele. No lo voy a dejar. No lo voy a dejar. ¿De donde viene esta fuerza, esta motivación, para alguien como yo que solo se deja llevar?. Siento como su cuello se parte, como cada hueso del cuello cruje, mientras me clava los dientes al costado. Lo alzo y lo zarandeo, y... siento un extraño placer al escuchar el "crack" final de su cuello. Sigo teniendo miedo y no sé por qué.

Me miro los brazos. Las heridas son profundas, como siempre. La sangre me brota a borbotones. Debería estar muerto, pero no es así. Mi polo es rojo ahora.

Me abrazan. No quiero que me abracen, no quiero que se ensucien de sangre, pero siempre me abrazan. Y me sonríen. Me toman de la mano cada uno y empezamos a caminar, siguiendo el camino. ¿Podré al fin saber a donde vamos?

No.

Me he despertado y mi madre me llama a desayunar. Anoche he vuelto a soñar con ellos.