junio 23, 2007

Bye bye pelusita.

Hace 10 años regresaba yo de una reunión con los patas, después de una sesión del más puro “nerdismo” (léase videojuegos, D&D, comics y demás hierbas). Ya era tarde cuando llegué, pero mis padres y mis hermanos estaban todos en la cocina y cuando entré todos estaban con la sonrisa en la cara y no decían nada. Yo no entendía que pasaba y por qué estaban tan divertidos, cuando de debajo de la mesa salió una motita negra de pelo, tan chiquita que cabía en una mano, corriendo por todos lados, tan rápido que se resbalaba por el suelo. Llegó corriendo hasta mí a pelearse con los pasadores de mis botines, cuando estornudé y entonces se asustó y se metió corriendo debajo de la mesa nuevamente, y desde allí me ladraba, con sus cuartos traseros levantados y toda desafiante, esa minúscula mota de pelos.

Así entró en mi vida, hace 10 años. Se convirtió en un miembro más de la familia, nos dio mucha felicidad, mucho cariño. Era lo máximo. Nunca vi un ser más conchudo y desobediente. Era altamente altanera y sin embargo sumamente cariñosa.

Se subía a las camas, a los muebles y cuando le llamabas la atención te miraba como diciendo, “estás loco, déjame en paz, tengo sueño”. Cuando descansaba a veces, venia corriendo a echarse a mi lado y yo podía pasarme horas echado, leyendo y ella a mi lado, dormida, roncando suavemente. Cuando terminaba de comer se limpiaba la boca, como toda una lady… en la pierna del pantalón o jean que tuviera más cerca.

Hace meses estaba malita. 10 años no son de menos, pero el jueves en la noche se levantó de su camita, y se echó a correr por toda la casa, se metió a cada cuarto y rincón que recordaba, debajo de las camas, saltando sobre ellas y su corazoncito agitado no daba más. Y luego entró a la cocina campante, como siempre, con su aire altanero y se comió toda su comida como no hacia hace semanas. No quiso tomar su medicina, no dejaba que se la diéramos. El viernes en la mañana me vino a despertar, cansadita, la deje durmiendo en mi cama. Me despedí de ella como siempre, no se levantó pero me movió la cola como siempre y me despedí por última vez.

Mi Marilyn se ha ido. Descansa pelusita, sé que nos seguirás cuidando igual que lo hacías cuando estabas con nosotros.

junio 17, 2007

Una Vaina

Hace dos días liquidé a una persona.

No, no es una confesión, ni quiere decir que al final sucedió y me terminé de loquear y que ahora ando por la calle matando a la gente que me cae quaker.

No, simplemente: tr. Com. Dicho de una casa de comercio: Hacer ajuste final de cuentas para cesar en el negocio.

O más claro aún, cesé a uno de mis chicos del taller.

Mi viejo me había dicho que en algún momento debería tomar esta decisión. La verdad que no pensé que tuviera que hacerlo alguna vez, lamentablemente me he visto en la necesidad de hacerlo. Que difícil la verdad. El chico en cuestión es bueno en lo que hace, pero es muy indisciplinado, muy irrespetuoso, pero sobre todo, no acepta su responsabilidad en lo que hace.

Lo que hago mayormente aquí, con mi viejo y los maestros, es planear y ejecutar el trabajo durante la semana y los sobretiempos. Además de controlar el avance y chequear que se este haciendo lo indicado. Y cuando lo hacía, hasta la semana pasada, el chico en cuestión siempre lo encontraba trabajando en su maquina. Pero el Miércoles me enteré por el jefe de planta (al cual también le he llamado la atención por no avisarme antes) que el chico paraba, en criollo, hueveando, y no solo eso, sino que también que cada vez que le llamaban la atención, se ponía muy grosero y "faltoso", incluso con los maestros.

Y cuando voy a llamarle la atención yo, me detuve porque justamente detrás de él estaba una herramienta que él había estado utilizando y que me llamó la atención. Me la lleve a la oficina y vi que estaba malograda. Una herramienta que cuesta un egg de plata y el chico no se habia dignado a informar que la había malogrado, diciendome que ya estaba así cuando la recibió, cuando yo personalmente se la entregué al jefe de planta para que se la entregue a él.

El Viernes sin más lo cesé. Y hoy estamos Domingo y sin embargo me sigo sintiendo mal. Maldición.