febrero 25, 2008

De acero, tuercas, resortes y algo más

Son las 11:30 pm. Hace media hora que llegué de la chamba. No, no es explotación, ni nada que se le parezca. Es simplemente que hoy día terminamos con las pruebas de un sistema de seguridad para una jaula de personal. O en otros términos, el sistema que impedirá que el ascensor que irá dentro de un pique minero se haga papilla al desplomarse unos 300 m, con 12 pasajeros adentro. Empezamos a hacer las pruebas como a las 6:00 y sin darme cuenta ya eran 10 para las 11.

Nunca, nunca había sentido tamaña responsabilidad. Porque la verdad, no hay punto de comparación entre lo que hacemos habitualmente y lo que hemos hecho el día de hoy. El solo hecho de saber que 12 personas confían en nuestro trabajo, y que no lo piensan dos veces antes de subirse a la jaula cada vez que esta se detiene en un nivel, es abrumador por decir lo menos. Cuidar cada detalle, regular cada tuerca, cada resorte, cada mecanismo para que todo funcione a la perfección de ocurrir un accidente, es realmente tremendo.

He aprendido tanto hoy, más de lo que he aprendido en todo el tiempo que vengo trabajando. Antes era simplemente hacer cotizar, fabricar, cobrar y sanseacabó. Hoy algo ha cambiado, la responsabilidad de esas vidas en nuestro (MI) trabajo ha sido muy grande, tan grande que todavía no lo asimilo. ¿Cómo ha hecho mi viejo para poder hacer esto por tanto tiempo? Yo no creo que hubiera podido. No solo al menos. Pero con el Viejo al lado, sí se pudo. Y mientras pasaban las horas, verlo a mi viejo tan confiado, tan trome como se dice, fue increíble.

Son las 11:30, mañana regreso a trabajar. Mañana se pinta la jaula, el viernes debemos estar entregándola. Mañana mi viejo me enseñara algo más. Mañana es otro día.