enero 16, 2009

Un nuevo adiós.

Nacer, vivir, morir; es parte natural de la "Vida". Pero si nacer ya es un trauma y vivir es horrible, más jodido es morir. Y no para el que se muere, si no para los que se quedan.

La verdad, ya no sé como lidiar con estas cosas. Ayer me dejo mi Dana. Estaba viejita sí, pero estaba bien atendida. Creo que lo que más fastidia es cuando el final llega así, inesperado. Un día como cualquier otro, nos saludó a todos como siempre, comió un poco de su comida y salió al patio y se echó a tomar el aire, porque hacía mucho calor. Cruzó sus patitas, apoyó su cabeza y empezó a roncar. Y se quedó dormida. Para no despertar más.

Toda la vida he tenido perros, toda la vida los he amado y cuidado tanto como me fuera posible, y siempre siempre me duele cada vez que tienen que partir. No sé porque sigo haciéndolo, debo tener algo de masoquista.

Meh. No puedo escribir más.

2 comentarios:

Lady Bathsheba dijo...

la Dana... yo que la quería tantísimo porque me hacía recordar a la viejucha -mi Bebé- y encima era celosa, no????
me acuerdo cuando se ponía entre nosotros y me empujaba <3
Me acordaba de ella el otro día, menos mal que no sufrió como la Marilyn.
Y la Pocas???? Como que habrá crecido un poco ya, no?

Gastón dijo...

Fuerza viejo, felizmente las perritas no sufren mucho.