Estoy tirado en mi patio, después de perder una competencia de lucha libre con mi perra Dana, vía su técnica de meter un caderazo detrás de las rodillas y estoy aquí, mirando el cielo panza de burro, como suele decir mi padre, el cielo gris de Lima y dejo mi mente vagar, mientras Dana celebra su victoria lamiéndome la cara.
Pienso en los amigos, en la familia, en la chica que me gusta, en mi vida, en las decisiones tomadas, en las dejadas para después. Pienso en el amor, pienso en las parejas que son, las que fueron, las que serán, las que no lo serán nunca. En el “y si hubiera...” y “si le dijera que...” Pienso en meterme a un gimnasio, pienso en no hacerlo por lo vago que soy, en dejar de comer, y en echarle la culpa de mi peso a mi madre porque cocina muy rico y es delito decirle no.
Pienso en la cuasi-chamba que tengo, en la gente que sí tiene una chamba en serio, en los que no, en los que luchan todos los días y en los que la chamba les vino vía tarjeta.
Pienso en este país de M, no mío, sino de la otra M, la que va con erda y una i antes, y en lo injusto, grande, corrupto, hermoso y feo que puede llegar a ser. Y luego derivan mis pensamientos a la humanidad y a lo jodida y grande que puede llegar a ser también.
Y hubiera seguido pensando si Dana no hubiera descubierto mi Sublime en el bolsillo de mis jeans y Marilyn no hubiera decidido usar mi panza de almohada para dormir.
¿Qué espera el sol para aparecer por estos días y llevarse los días grises? Mira tu, parece que me escucho porque por allí veo unos rayitos en el cielo.
Pienso en los amigos, en la familia, en la chica que me gusta, en mi vida, en las decisiones tomadas, en las dejadas para después. Pienso en el amor, pienso en las parejas que son, las que fueron, las que serán, las que no lo serán nunca. En el “y si hubiera...” y “si le dijera que...” Pienso en meterme a un gimnasio, pienso en no hacerlo por lo vago que soy, en dejar de comer, y en echarle la culpa de mi peso a mi madre porque cocina muy rico y es delito decirle no.
Pienso en la cuasi-chamba que tengo, en la gente que sí tiene una chamba en serio, en los que no, en los que luchan todos los días y en los que la chamba les vino vía tarjeta.
Pienso en este país de M, no mío, sino de la otra M, la que va con erda y una i antes, y en lo injusto, grande, corrupto, hermoso y feo que puede llegar a ser. Y luego derivan mis pensamientos a la humanidad y a lo jodida y grande que puede llegar a ser también.
Y hubiera seguido pensando si Dana no hubiera descubierto mi Sublime en el bolsillo de mis jeans y Marilyn no hubiera decidido usar mi panza de almohada para dormir.
¿Qué espera el sol para aparecer por estos días y llevarse los días grises? Mira tu, parece que me escucho porque por allí veo unos rayitos en el cielo.
6 comentarios:
Bello y muy tuyo.
Ahora hizo un sol del diablo por aca en la Molina.Mientras pintaba me quemaba la espalda.
El sol te alumbra, viejo. Suerte por ti.
sol! bueno..otros preferimos lo gris..sin embargo con o sin él, lo que importa es el calor de uno mismo.. que todos estamos pensando mucho en estos dias? existe un estudio que habla sobre la depresion y el gris de Lima..pero como nos ayuda al autoanalisis no?
Es cierto Infiel. La ausencia de luz solar influye mucho sobre el estado de ánimo de las personas y muchas veces lleva a la depresión, tristeza y en casos extremos al ¡suicidio!
Ni tanto M querido. A mi me pone melancolica o de animo para pintar.O de un rico tecito en el mar bien acompanada.XD
EME EME EME! Cuando nos juntamos el trio de malditos para contar barbaridades...
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