Hasta que pasó. No era mi intención pero pasó. Siempre he tenido cuidado y me considero, incluso después de lo ocurrido, uno de los pocos de esa pequeña casta que respeta las reglas. Pero pasó y es una mancha en mi expediente.
Lo que más me molesta es que no debiera haber pasado. Yo no iba a salir hoy día porque estoy mal de mi estómago desde hace días y aunque ya estoy recuperado no quería tentar al destino. Pero como mi viejo no está, tuve que ir a la planta a entregar un encargo porque no había nadie más que pudiera y como era urgente, ni modo pues, tenía que ir.
Voy yo, todo orondo y sin novedad alguna, y me estoy regresando a mi casa. Y bueno pues, me acababan de entregar el carro hoy día, después de su control de mantenimiento y esta hecho una sedita que da gusto sentir los cambios a media que aceleras. Entonces pasó.
La calle sola, ni un alma. Y lo solté nomás. 70 Km/h en una zona de 50 Km/h. Y pasó lo que tenía que pasar. Aunque me hicieron trampa, porque eso de poner radares de movimiento ocultos es una mariconada sin nombre, jajaja.
Veamos:
Hechos: Carro recién afinado, calle vacía, conductor que no ve a los tombos en la distancia.
Hipótesis: ¿Estará bien afinado mi carro?
Experimento: Vamos a probar. Quería llegar a 90 Km/h (pero no me dejaron :p)
Resultado: Multa de S/. 170.00
¡170! La pucha. En mi descargo diré que en 10 años que llevó manejando nunca me pusieron una papeleta. Ni siquiera en carretera donde alcance alguna vez 140 Km/h.
PD: Amigos conductores, entre la cuadra 55 de la Argentina y el cruce con Faucett hay sensores de movimiento. Esto es un servicio público de un infractor amargo (sin razón porque la culpa es mía, pero amargo al fin y al cabo)