octubre 04, 2006

Pobre de su esposo... o familia... o mascota.

Una más de mis aventuras como conductor en esta ciudad caótica. Una raya más al tigre que le dicen. Pero que raya, dios mío.

Me iba a mi oficina, atento y manteniéndome dentro de los limites de velocidad, porque desde los S/. 170.00 de multa de la vez pasada me dije "nunca más". Ah, a razón de eso ahora miro a los policías como mis enemigos mortales :p malditos, nunca más confiaré en ellos.

Bueno, a lo que iba. Voy por la Av. Colonial, cuando veo que una, digamos "señora", empieza a cruzar la pista un poco más allá, en medio de los carros que iban delante de mí. La "señora" en cuestión se queda a media pista por los carros. Así que cuando llegué a donde estaba parada me paré para que pudiera terminar de cruzar. Y la "señora" en vez de cruzar que era todo lo que yo quería… ¡se avienta encima de mi carro y empieza a darle de manotazos!! “Avanza ´pe huevón, hijo de puta”.

Mi cara de estupefacción debió de haber sido de campeonato, porque no atiné a contestar y la seguía mirando mientras, antes de salir de la pista ¡me pateó el parachoques! ¡La miércoles!

Que tal stress dios mio, el de esta "señora"

5 comentarios:

Tortuga Maldita dijo...

Yo se, yo se, que la licencia es para conducir, no para matar, pero yo que tu la chancaba...QUE COSA!
Vieja de melda!

Gastón dijo...

Admiro tu paciencia, viejo, lo importante aquì es saberse conducir uno mismo. =)

El Rojo dijo...

Carajo!!! Por qué no aceleraste????

Espero que tengas la suerte de volver a cruzártela. Y que en ese momento no lo pienses dos veces y apuntes bien.

Kat dijo...

es que ahora está de moda
"autoeliminarse"

Tortuga Maldita dijo...

Pobrecito su marido..jajajajaja!