enero 12, 2006

Días y días.

No. No se puede trabajar así cuando se tiene la cabeza en otro lado. En realidad es una vaina. No se puede uno concentrar, no puede uno decidir si llamar a tal o cual proveedor, ni recordar si ya envió uno las cotizaciones del día. No me acuerdo de las claves de acceso ni de donde dejé la llave del cajón donde tengo guardado el papel donde están las claves. Me he olvidado de ir a cobrar y también de ir a dejar las facturas con los clientes. Me paso el día con cara de tonto y ya me han llamado la atención tantas veces que ya perdí la cuenta.

Para distraerme decidí poner en orden los papeles y documentos del 2005, cosa que debí haber hecho la semana pasada, pero ya ven, sigo distraído. Y me sorprende además la cantidad de papeles que hay. ¿Cómo es posible que cuatro bolsas grandes de papeles entren en cuatro cajones en un año? Parece que la Tortuga me hubiera pegado sus superpoderes de “compactibilidad” que usa para guardar sus cosas en su bolso.

Acabó de colgar el teléfono (sí, estoy escribiendo esto cuando debería estar trabajando o acabando de arreglar, pero en fin) y es la cuarta vez que me llama un cliente para decirme que todavía no recibe la cotización de los benditos repuestos. Ya no sé que mentiras inventarle.

Y sé que para el fin del día me van a decir mi vida. Y no me importa. Solo espero seguir así por siempre, aunque me boten.

2 comentarios:

Lady Bathsheba dijo...

porque andara en las nubes este señor?
y eso que yo le mande un sms diciendole que se concentre!!! en fin...a mi..ni me miren..

Tortuga Maldita dijo...

Pucha que chevere! Ya trabaja oe!!
JA JA JA JA!