Naciste de una familia desunida, porque tu madre era “la otra” y tu padre se hizo el loco por muchos años. No te importo y decidiste hacerte cargo de tu madre y tus hermanos y hermanas menores, alternando entre el colegio y una chamba e irle a mendigar a tu padre por la plata por la comida. Y por supuesto, te hacia esperar hasta entrada la noche para decirte luego que no tenía y que regresaras mañana. Y tu madre, comprensiva como ella sola, te agarraba a cucharazos de madera por no traer la plata. No te importo tampoco, solo te lo tragaste.
A los quince una ahijada de tu madre se vino a vivir con ustedes y pasó lo que tenía que pasar. Y a esa edad tuviste dos hijas. Otra vez tu madre, comprensiva ella, te botó de la casa y no teniendo donde ir, tu padre te llevó para trabajar con él. Te hiciste el firme propósito de hacerte cargo de tus hijas y tu familia y empezaste tu largo camino a la vida profesional vía la UNI. Dada la época, quisiste hacer “lo correcto” y casarte pero oh sorpresa, se rieron en tu cara, te llamaron inmaduro y mocoso y te dijo que ella “quería un hombre no un niño”. Tal vez debió decirlo antes de quedar embarazada. No sé. Pero querías hacerte cargo de tus hijas y seguiste adelante con tus planes, no sin antes recitar esa máxima de “las mujeres son una mierda”. Cuan equivocado estabas.
Terminaste. Con altas notas y recomendaciones. Y empezaste a chambear y cada centavo era para tus hijas y su madre, la cual nunca quiso saber más de ti. Muy bien. No importa. Y entonces la oportunidad de ir a trabajar a una mina, con una buena posición. Y lo aceptaste por supuesto. La ley dice que debes hacerte cargo de tus hijos hasta los 18 años. Muy bien. No paraste hasta los 26 años y hasta que cada una fuera profesional. Pero entonces y ahora, no querían saber nada de su padre y estoy seguro que fue por culpa de su madre, pero no importa. Ya no. Y te fuiste a la mina.
Y allí la conociste a ella. No lo neguemos, era casi inalcanzable para ti y lo sabias. Y tampoco querías nada, herido como estabas, aunque tiempo atrás, esas heridas no sanan. Pero ahí estaba y se ganó tu corazón y ella el tuyo y decidieron estar juntos.
Han pasado muchos años desde eso, y muchas cosas pasaron. Arriesgaste, mas bien, arriesgaron juntos mucho, pero es cierto que quien no arriesga no gana y ustedes ganaron y sirvió para muchas cosas
Ah, pero eres humano aunque no me parece, porque siempre te he considerado más que un hombre. Y como todos, puedes fallar. Y fallaste. Tontamente. Injustamente. Pero fallaste. Y con la persona que más amor que nadie te dio, da y dará. Por qué, no lo sé. Solo sé que eres humano y es la única explicación que mi cabeza puede imaginar. Pero su amor te ha perdonado. Y están empezando de nuevo.
Muchas cosas han pasado y pasarán. Y ahí estarás. Y estaremos.
Feliz cumpleaños Cabezón.
A los quince una ahijada de tu madre se vino a vivir con ustedes y pasó lo que tenía que pasar. Y a esa edad tuviste dos hijas. Otra vez tu madre, comprensiva ella, te botó de la casa y no teniendo donde ir, tu padre te llevó para trabajar con él. Te hiciste el firme propósito de hacerte cargo de tus hijas y tu familia y empezaste tu largo camino a la vida profesional vía la UNI. Dada la época, quisiste hacer “lo correcto” y casarte pero oh sorpresa, se rieron en tu cara, te llamaron inmaduro y mocoso y te dijo que ella “quería un hombre no un niño”. Tal vez debió decirlo antes de quedar embarazada. No sé. Pero querías hacerte cargo de tus hijas y seguiste adelante con tus planes, no sin antes recitar esa máxima de “las mujeres son una mierda”. Cuan equivocado estabas.
Terminaste. Con altas notas y recomendaciones. Y empezaste a chambear y cada centavo era para tus hijas y su madre, la cual nunca quiso saber más de ti. Muy bien. No importa. Y entonces la oportunidad de ir a trabajar a una mina, con una buena posición. Y lo aceptaste por supuesto. La ley dice que debes hacerte cargo de tus hijos hasta los 18 años. Muy bien. No paraste hasta los 26 años y hasta que cada una fuera profesional. Pero entonces y ahora, no querían saber nada de su padre y estoy seguro que fue por culpa de su madre, pero no importa. Ya no. Y te fuiste a la mina.
Y allí la conociste a ella. No lo neguemos, era casi inalcanzable para ti y lo sabias. Y tampoco querías nada, herido como estabas, aunque tiempo atrás, esas heridas no sanan. Pero ahí estaba y se ganó tu corazón y ella el tuyo y decidieron estar juntos.
Han pasado muchos años desde eso, y muchas cosas pasaron. Arriesgaste, mas bien, arriesgaron juntos mucho, pero es cierto que quien no arriesga no gana y ustedes ganaron y sirvió para muchas cosas
Ah, pero eres humano aunque no me parece, porque siempre te he considerado más que un hombre. Y como todos, puedes fallar. Y fallaste. Tontamente. Injustamente. Pero fallaste. Y con la persona que más amor que nadie te dio, da y dará. Por qué, no lo sé. Solo sé que eres humano y es la única explicación que mi cabeza puede imaginar. Pero su amor te ha perdonado. Y están empezando de nuevo.
Muchas cosas han pasado y pasarán. Y ahí estarás. Y estaremos.
Feliz cumpleaños Cabezón.
4 comentarios:
Bonito y humano.
Heihashi siempre gana todas sus peleas.
q tal retrato de una vida... ¡feliz cumpleaños cabezón!
Un saludo "especial" para el señor Mishima que siempre nos recibió en su casa con tanto cariño.
Heihachi rulez
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