28

28. A veces no sé que pensar. Se suponía que los planes trazados para esta edad eran tener chamba fija, una casa, esposa y llenar a mis viejos de nietos que es lo que más quieren en este momento. Sin embargo, la realidad es otra. Dejé la universidad hace 5 años, sin intenciones de regresar, estuve sin chamba por 3 años y aún lo estaría de no ser por mi viejo que me tiene haciendo cositas por ahí. ¿Casa? Vivo con los viejos, no hay plata para comprar, solo para los pequeños gustos. Y ni hablemos de nietos, porque ni doña hay y de eso hace un buen rato.

Pero como prometí desde el primer post en Enero, este no es “otro blog de otro pata punk-gothic-full depresivo".

28. Y se me hace extraño el número, porque no imagine llegar a tenerlo. Que yo sepa, uno no va contando los años que envejece, solo vienen, te agarran de sorpresa, por la espalda y se van riendo después que te encajan la edad. No me siento de 28, no me siento de 17; en realidad, no siento nada.

Y había que celebrarlo, aunque ganas no tenía. Solo quería quedarme en mi cuarto y nada más y obviar los saludos y felicitaciones y que fuera Lunes para empezar otro día de la misma rutina de todos los días. Al menos eso me distrae. Pero ya había invitado a los amigos y la familia se había apuntado desde hacía un mes, así que caballero no más.

Y gracias a quien sea o le corresponda (soy ateo por las dudas), porque fue un tono de lo mejor. Ya me había hecho la idea de recibir a todos y poner cara de circunstancias hasta que se fueran, pero por suerte fue diferente a todo lo que esperaba. Fue genial tener a los patas tan cerca, conversando, vacilandonos, batiendonos y metiendo chongo. Ver a la familia fue bueno, porque a pesar de los problemas que cada uno tiene, me di cuenta que se hicieron un tiempito para venir y eso hay que agradecer. Y mi madre, como siempre, nos preparó a todos un ¡buffet criollo! Esperaba yo un plato, pero no cuatro. Cabrito a la norteña con frijoles, Cau Cau, Escabeche de Corvina (la cual no tengo ni idea de donde la sacaron porque no hay en los mercados) y Yucas fritas con salsa huancaína. Y entonces fue lo de "cuando como no conozco" y "este cuando come se olvida que puede hablar" jejeje.

Fue un buen domingo, una buena celebración al fin y al cabo.

Me sentí muy feliz. 28 y me sentí vivo como no me había sentido en mucho tiempo. 28 y me sentí feliz como no me sentía en meses.